El vocalista salteño, Armando Marcelo, recordó su paso como artista por la empresa discográfica Ecco Sound, donde editó sus primeros discos. Y contó que jamás recibió dinero para la promoción del material, por lo que sus canciones tuvieron poca difusión.
«Lamentablemente, he tenido una compañía que no me daba nada. No tenía ningún recurso. Es más, los discos que repartía en las radios los tenía que comprar yo», reveló.
Y explicó que en base a su nivel de ventas, apenas mejoraron la calidad de su registro fonográfico.
«En esa época compartía la compañía con Kalama Tropical, de Santiago del Estero, y Don Carlos, de Tucumán. Yo estaba en el cuarto o quinto lugar de prioridades. Después me pasaron al primero, pero solo me aseguraron un estudio de grabación más o menos bueno. Nada más», detalló.
Sin embargo, nunca obtuvo las ganancias que le correspondían por la venta de sus discos. Su dinero quedó en poder de los empresarios.
«Cuando fui a reclamar mis regalías me quería morir. No me dieron nada. Me habían dicho que iba a recibir el 10 %. Yo tenía mucha ilusión, porque con ese dinero me podía comprar una mini bus. Y hasta me quedaba plata. Pero cuando fui a cobrar, me dieron el 1%«, observó.
El músico se sintió dolido por esta situación e intentó realizar las acciones correspondientes. No obstante, la lógica del mercado lo obligó a resignarse.
«En el estudio jurídico de Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) me dijeron que no me convenía hacerle un juicio a la compañía. Porque eran pocas las empresas. Y no iba a poder grabar un nuevo disco en ningún lado. Todas me iban a cerrar las puertas», sentenció.
«Listo. Me la banqué. Y me dediqué a trabajar», enfatizó.
En entrevista exclusiva con Cumbia de la Pura, entre varios temas de conversación, el artista nos explicó cómo es el proceso de la cosecha del tabaco, labor que realizó durante su infancia.
Al respecto de sus inicios en la música, Armando contó que primero empezó a tocar la guitarra, pero que luego se inclinó por el bajo.
En la charla surgió el recuerdo de su primera agrupación, Manto Sagrado.
El artista repasó su llegada a Buenos Aires, luego de la guerra de Malvinas.
Armando recordó el primer baile que pisó en Buenos Aires, el Maza Club del barrio de Boedo. Ahí que conoció a su esposa, Gladys «La Carperita» Flores, actual columnista de Cumbia de la Pura.
También memoró su paso por el Grupo Swing, donde tocaba el bajo y hacía temas de rock nacional y melódicos.
Y narró los pormenores de cuando abrió su propio baile en Sarmiento y Larrea, en la zona del Once, en una Unidad Básica del peronismo, luego de que a parte de su público le prohibieran el ingreso a algunos locales debido a su vestimenta.
El artista contó que en otro momento, en un baile que regenteaba en la zona de Pompeya, se le acercó el productor José Luis Zelaya con la intención de hacerle grabar un disco y competir con Adrián y Los Dados Negros. Así nació Armando Marcelo y Los Cisnes, cuyo nombre se desprende de una curiosa anécdota.
Armando se explayó sobre su relación con Adrián Chauque. Y reveló que le cedió la canción «Tarjetita de invitación», que finalmente fue el hit de Los Dados Negros a nivel nacional.
Una parte de la historia de Armando Marcelo incluye el debut como músico de Sebastián Toledo, timbaletero de la zona sur del conurbano bonaerense.
En la misma sintonía, Armando se refirió al productor Roberto Morales, quien produjo en 1990 su lanzamiento como solista.
Al momento de lanzarse como solista, Armando trabajaba en Buenos Aires en un estudio de Diseño Gráfico. Y su disco comenzó a sonar muy fuerte en Salta.
El vocalista evocó que un tiempo más tarde, un productor santafesino le ofreció grabar un disco de Grandes Éxitos.
En otro aspecto, más cercano en el tiempo, habló sobre su rol en la cuarentena estricta impuesta por la pandemia.
Para finalizar, se refirió a sus motivaciones para continuar arriba de los escenarios, luego de casi 40 años de trayectoria.
La entrevista fue realizada en vivo en la noche del sábado 17 de septiembre de 2022.
